Selección y Preparación:
- Escoge bien: Busca guindillas firmes y de piel brillante. Evita aquellas que estén arrugadas o tengan manchas, ya que podrían estar pasadas.
- Lavado: Siempre lava las guindillas antes de usarlas para eliminar residuos y pesticidas.
- Desvenado y despepitado: Para reducir el picor, retira las semillas y las venas, ya que allí se concentra la capsaicina, el compuesto químico que les da su característico ardor.
Cocina con Cuidado:
- Añade gradualmente: Incorpora las guindillas en pequeñas cantidades y prueba el sabor antes de agregar más. Así podrás controlar el nivel de picante según tu gusto.
- Cocina rápida: Si vas a cocinar guindillas, hazlo rápidamente a alta temperatura para evitar que el picante se concentre demasiado.
Alivio del Picor:
- No al agua: Si te pica la boca después de comer guindillas, no bebas agua. El agua puede esparcir el picante en lugar de aliviarlo.
- Sí a la grasa: Consume alimentos grasos como queso, aguacate o aceite de oliva para ayudar a “enjuagar” el picor de la boca.
Curiosidades:
- Origen: Las guindillas fueron introducidas en España por Cristóbal Colón tras su estancia en las Américas, donde se consumen desde hace milenios
- Variedades: Existen muchas variedades de guindillas, algunas más picantes que otras. La cayena, por ejemplo, es una de las más usadas en España y puede consumirse fresca o seca.